IMPORTANCIA DE LA VITAMINA D EN LA INMUNIDAD Y LA PROTECCIÓN FRENTE AL COVID-19

 

AUTORA: Laura Mª. Bermejo López.

Profesora Ayudante Doctor del Departamento de Nutrición y Ciencia de los Alimentos de la Universidad Complutense de Madrid. Licenciada en Farmacia, Doctora por la Universidad Complutense de Madrid (UCM). Magíster en Nutrición (UCM). En la actualidad es miembro del Consejo Asesor del Instituto de Estudios del Huevo.

 

9 de junio de 2020.- El día 11 de marzo de 2020, debido a los niveles alarmantes de propagación y gravedad de la enfermedad denominada COVID-19 iniciada en Wuhan (China) unos meses antes, la OMS declaró la pandemia mundial (1). Desde el inicio del brote hasta la fecha de este artículo se han superado ya los siete millones de contagios notificados en todo el mundo, siendo más de 240.000 los casos declarados en España. De hecho España, a fecha de hoy, es el tercer país europeo con mayor número de contagios después de Rusia y Reino Unido y seguido de Italia (2).

El desarrollo de los acontecimientos y el esfuerzo conjunto de la comunidad científica mundial están generando gran cantidad de información que evoluciona rápidamente con nuevas evidencias. Entre los factores descritos hasta la fecha asociados a desarrollar síntomas graves por COVID-19 se encuentran: ser mayor de 60 años, presentar comorbilidades (enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, diabetes, EPOC, cáncer y obesidad), ser fumador y presentar un sistema inmunitario debilitado (inmunodepresión) (1).

Son muchas las referencias científicas que describen cómo algunos alimentos o nutrientes concretos podrían contribuir en la mejora del sistema inmunitario (3). En este sentido, la vitamina D podría ser un nutriente esencial, ya que además de su implicación en la salud ósea y otras enfermedades crónicas, parece jugar un importante papel en la modulación de la respuesta inmune y en el padecimiento de enfermedades infecciosas (4). De hecho en base a esta evidencia, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA por sus siglas en inglés), concluyó que hay evidencia suficiente para establecer una relación causa-efecto entre la ingesta dietética de vitamina D y su contribución a la función normal del sistema inmune y de la respuesta inflamatoria, autorizando por ello la utilización de la declaración saludable “La vitamina D contribuye al funcionamiento normal del sistema inmunitario” en aquellos alimentos que sean fuente importante de esta vitamina (5).

En las últimas semanas se han publicado diferentes trabajos científicos que sugieren que puede existir una asociación entre los niveles de vitamina D y el riesgo de contagios o de padecer una sintomatología más grave de la COVID-19 (6). Uno de estos estudios llevado a cabo en 20 países europeos (sin incluir Rusia) ha puesto de manifiesto que, de manera general, aquellos países con niveles de vitamina D más bajos en sus poblaciones, entre ellos España, Reino Unido e Italia, presentan mayor número de casos de COVID-19 por mil habitantes. Además los autores de este trabajo, destacan que los niveles de vitamina D son muy bajos en población envejecida, siendo el dato especialmente llamativo ya que este grupo de población es el más vulnerable a la hora de presentar sintomatología grave de esta enfermedad (7).

En otros estudios en los que se han medido los niveles de vitamina D en pacientes con COVID-19, se ha observado que la deficiencia de esta vitamina es un posible factor de riesgo de infección grave por COVID-19 en hombres (8).

En base a estos resultados observacionales ya se han puesto en marcha algunos ensayos clínicos (en concreto existen a día de hoy 11 ensayos registrados en el National Institutes of Health (NIH) (clinicaltrials.gov) cuyo objetivo es evaluar la eficacia de la suplementación de vitamina D en los pacientes con COVID-19. Por tanto, habrá que estar atentos a los resultados para conocer la utilidad real del uso de estos suplementos como tratamientos coadyuvantes en las terapias de pacientes con COVID-19.

Otro aspecto importante que ponen de manifiesto estas investigaciones sobre COVID-19 es que la población general presenta niveles bajos de vitamina D a nivel mundial. De hecho, diferentes estudios han constatado previamente que la deficiencia de vitamina D afecta a todo el mundo y a todos los grupos de edad, desde los niños hasta los ancianos. En concreto, en una revisión realizada a nivel mundial se observó que el 88% de la población estudiada tenía niveles séricos de vitamina D por debajo de 30 ng/mL (valor mínimo de referencia) (9). Por tanto, impulsar estrategias que contribuyan a alcanzar las recomendaciones, podría ayudar a prevenir el padecimiento de la COVID-19 así como de otras patologías crónicas relacionadas con esta vitamina en el futuro.

A pesar de que la vitamina D puede sintetizarse a nivel cutáneo a partir de la exposición a la luz solar, esta fuente no es siempre suficiente para cubrir las necesidades debido al uso de cremas de protección solar y a la baja exposición durante el invierno, o en las personas enfermas, que salen poco a la calle o se exponen poco al sol. Por ello, promover el consumo de alimentos que sean ricos en vitamina D podría ser una estrategia de gran utilidad en el mantenimiento de la salud pública y en la prevención de patologías futuras. Son escasos los alimentos que destacan por ser fuentes importantes de esta vitamina y entre ellos se encuentran los huevos, el pescado azul y los lácteos, aunque estos últimos en muchos casos son fortificados.

De todos ellos, es importante hacer una mención especial del huevo, ya que este alimento es muy valioso desde el punto de vista nutricional por tener una alta densidad de nutrientes. Además de vitamina D, contiene otros nutrientes que también pueden jugar un papel importante en la respuesta del sistema inmune, como por ejemplo la vitamina A, la vitamina B12, el selenio o la colina (10).

Además de estos nutrientes, el huevo contiene otros componentes bioactivos sobre los que existe evidencia sobre sus propiedades inmunomoduladoras y antinflamatorias y que podrían tener por ello importantes implicaciones sobre diferentes enfermedades crónicas y también en la respuesta inmune. Entre estos compuestos bioactivos destacan: fosfolípidos, luteína, zeaxantina, proteínas bioactivas (lisozima, ovotransferrina, ovoalbúmina, avidina…) y algunos péptidos bioactivos (11).

Por tanto, teniendo en cuenta su contenido en vitamina D y su alto valor nutricional, y que además el huevo es barato y fácil de preparar, promover su consumo en el contexto de una dieta variada y equilibrada podría ser una estrategia útil a tener en cuenta dentro las políticas sanitarias con el fin de contribuir a la mejora del sistema inmunitario y de prevenir problemas de salud futuros.

 


Referencias:

(1). Ministerio de Sanidad. Enfermedad por coronavirus, COVID-19. Informe técnico España 17 marzo 2020. Disponible en: https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/documentos/20200317_ITCoronavirus.pdf

(2). Ministerio de Sanidad. Actualización nº 127. Enfermedad por el coronavirus (COVID-19). 05.06.2020. Disponible en: https://www.mscbs.gob.es/en/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/documentos/Actualizacion_127_COVID-19.pdf

(3). Childs CE, Calder PC, Miles EA. Diet and Immune Function. Nutrients. 2019;11(8):1933. Published 2019 Aug 16. doi:10.3390/nu11081933

(4). Gombart AF, Pierre A, Maggini S. A Review of Micronutrients and the Immune System-Working in Harmony to Reduce the Risk of Infection. Nutrients. 2020;12(1):236. Published 2020 Jan 16. doi:10.3390/nu12010236

(5). EFSA Panel on Dietetic Products, Nutrition and Allergies (NDA); Scientific Opinion on the substantiation of health claims related to vitamin D and normal function of the immune system and inflammatory response (ID 154, 159), maintenance of normal muscle function (ID 155) and maintenance of normal cardiovascular function (ID 159) pursuant to Article 13(1) of Regulation (EC) No 1924/2006. EFSA Journal 2010; 8(2):1468. [17pp.]. doi:10.2903/j.efsa.2010.1468

(6). Razdan K, Singh K, Singhc D. Vitamin D Levels and COVID-19 Susceptibility: Is there any Correlation?. Med Drug Discov. 2020 Jun 2 : 100051.

(7). Ilie PC, Stefanescu S, Smith L. The role of vitamin D in the prevention of coronavirus disease 2019 infection and mortality [published online ahead of print, 2020 May 6]. Aging Clin Exp Res. 2020;1‐4. doi:10.1007/s40520-020-01570-8

(8). De Smet D., De Smet K., Herroelen P., Gryspeerdt S., Martens G.A. Vitamin D deficiency as risk factor for severe COVID-19: a convergence of two pandemics. MedRxiv. 2020 doi: 10.1101/2020.05.01.20079376. [online ahead of print]

(9). Hilger J, Friedel A, Herr R, et al. A systematic review of vitamin D status in populations worldwide. Br J Nutr. 2014;111(1):23‐45. doi:10.1017/S0007114513001840

(10). Réhault-Godbert S, Guyot N, Nys Y. The Golden Egg: Nutritional Value, Bioactivities, and Emerging Benefits for Human Health. Nutrients. 2019;11(3):684. Published 2019 Mar 22. doi:10.3390/nu11030684

(11). Andersen CJ. Bioactive Egg Components and Inflammation. Nutrients. 2015;7(9):7889‐7913. Published 2015 Sep 16. doi:10.3390/nu7095372


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